Práctica 9. Taller Juegos de Mesa para la clase de lengua y literatura

¡¡Hola a todxs!!

El pasado lunes, día 24 de abril, tuvimos un taller sobre juegos de mesa y DDL a cargo de María Samper, doctoranda, profesora asociada en la UMH y profe de insti. En su exposición, Samper hizo un repaso de las diferentes posibilidades didácticas que ofrecen los juegos de mesa: desde las propiamente curriculares (aprendizaje histórico, por ejemplo) hasta las competenciales (oratoria, discurso argumentativo, negociación grupal, etc.).



Yo no soy la mayor conocedora de juegos de mesa, pero sí he jugado a algunos a lo largo de toda mi vida: recuerdo partidas interminables al Monopoly, me lo paso genial jugando al Jenga y me pico muchísimo con cualquier juego de cartas (¿cuentan como juego de mesa?). Por supuesto, he crecido jugando con mi abuelo a la Oca o al Parchís. 

Durante mi etapa en el instituto, sí que recuerdo que se organizaban jornadas de ajedrez en las cuales el estudiantado podía jugar y competir contra los compañeros. Normalmente, estas jornadas las organizaban desde el departamento de Matemáticas. Pero, como hemos comprobado con Samper, es posible vincular la DLL con los juegos de mesa.

Creo que, después del taller, mi predilección son los juegos que implican la competencia oral y, por tanto, vinculados a la destreza lingüística. Por ejemplo, juegos como Sí, señor oscuro o Llamada a la aventura podrían ser opciones de juegos de mesa que, además de entretenidos, permiten fomentar la capacidad de improvisación, la capacidad de generar historias coherentes a nivel narrativo y poner en práctica la dramatización o puesta en escena. 

Durante el taller del lunes pasado, tuve la oportunidad de jugar con mi compañera Rosana García y con el profesor Sebastián Miras a Llamada a la aventura. Aunque al principio nos costó un poco enterarnos de cómo funcionaba, tanto María Samper como los diferentes masters que pululaban por el aula, nos enseñaron a jugar y pudimos disfrutarlo. 


 


Al final, GANÉ YO (ya he dicho que soy una picada, jiji). Y mi historia final fue la de una estudiante que, aunque sacaba muy buenas notas, acabó embarcada en una aventura en la que debía salvar un barco de un naufragio y aliarse con unos seres espirituales. Nos reímos, aprendimos (a jugar) y comprobamos que, efectivamente, la creación de narrativas mediante juegos de mesa es posible y tiene muchísimo potencial didáctico.



Comentarios

  1. ¡Qué divertido! Normal que ganases, jajaja.

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    1. ¡Por fin puedo responder comentarios! Fue muy divertido, sííí

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  2. ¡Me encantó tu entrada! Yo no pude estar en esa clase y gracias a lo que cuentas me puedo dar una buena idea, qué bien se la pasaron. Me dan un poco de envidia.

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