PRÁCTICA 9. TALLER DE JUEGOS DE MESA PARA LA CLASE DE LENGUA Y LITERATURA.
¿Cómo estáis, máquinas, lo primero de todo?
En la entrada de hoy comentaré cómo fue el taller de juegos de mesa que nos impartió María Samper Cerdán (@msamperc), una clase muy divertida y necesaria para recargar las pilas después de vacaciones.
Y, como hicimos al empezar la clase, voy a hacer un remember de los juegos de mesa de mi vida -los cuales, adelanto, son pocos-: empezando por los clásicos, recuerdo pasar horas y horas jugando al parchís con mi madre, mi tía y mi yaya en la casa del campo en verano; y posteriormente, a la oca. ¡Qué bendición aquella de tener dos juegos en un solo tablero! Después vino el vicio con el gran Monopoly (sin ser yo nada de eso) y el gustillo de contar billetes, aunque fueran falsos, en las cenas de Navidad. Posteriormente, cuando ya comienzas a construir tus círculos de amistad, el GRAN juego es el UNO, seguido de otros como el Jenka, el Dixit, el IMAGINE, el Catán, la Fallera Calavera... y poco más.
Pero después del taller me apunté unos cuantos que me llamaron mucho la atención, entre ellos: el juego de mesa de El Ministerio del Tiempo que ya lo conocía porque #ministérica4ever, y otros que no como Arkham Horror, basado en la narrativa lovecraftiana, Fábulas de peluche, Crónicas del crimen, Llamada a la aventura, el Munchkin que parodia los juegos de rol, Sherlock Holmes: detective asesor (oh, vaya, me pregunto de qué irá😳) y otros como Tainted Grail y This war of mine.
En todos ellos se potencia el trabajo cooperativo y la creatividad, así como la agilidad mental y estrategia del alumnado para resolver el misterio o escoger las mejores tácticas para adelantar en el juego, cosa que para lo que yo no valgo. Si embargo, puedo decir que soy creativa y me gusta reírme, así que mi grupo.y yo escogimos el juego de cartas ¡Sí, señor oscuro!, que consistía básicamente en inventarte mil excusas para que el Señor Oscuro no te despida.
Gran tarde en #INVTICUA23 con @msamperc 🤍🤍 ¡qué ganas de inventarme excusas! pic.twitter.com/Fcs2JQ0ZNR
— Inés (@writefems) April 24, 2023
Fue muy divertido, ya que con tres cartas al azar (donde pasan diferentes acciones) tienes que construir una historia creíble para el compañero que hace de Señor Oscuro, pero también para el resto de jugadores, ya que puedes "pasarles el marrón" y que ellos continúen la historia con sus propias cartas. Entre tanto, el Señor Oscuro puede ser muy oscuro (y cabroncete) y comenzar a hacer preguntas inquisitivas sobre la historia, tanto a quien la está narrando como a quien escucha, de tal forma que obligas a que todos trabajen la escucha activa, la comprensión y la capacidad narrativa.
En clase, sin duda, y como me comentó María, es un juego que puede llegar a destrozar amistades y provocar piques entre todos. Pero se pueden sacar muchas actividades chulas: a parte de construir esas excusas rocambolescas, se les puede pedir a otrxs compañerxs que hagan de "cronistas" para el Señor Oscuro y comprobar en qué se han equivocado en la historia, como el típico "teléfono roto"; o darles unos elementos previos y que con sus cartas añadan más, etc.
Sin duda, me lo pillaré para cuando sea docente (y entre tanto, para fastidiar las reuniones de amigxs a altas horas de la noche) y compruebe cómo de imaginativos pueden llegar a ser con sus excusas, así sabré detectarlas cuando no entreguen las tareas.
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