PRÁCTICA 14. LA EDUCACIÓN EN 2050. CHATGPT

ChatGPT parece un elemento mágico que las nuevas tecnologías nos han proporcionado. Y, ya que lo calificamos de mágico, vamos a utilizar para elaborar esta práctica sobre la educación en 2050. Obviamente, dentro de veintisiete años la tecnología seguirá siendo un elemento clave en la educación, por lo tanto, debemos tenerla en cuenta cuando realicemos nuestra propuesta al ChatGPT. A continuación, se compartirán los resultados de consultar con ChatGPT la creación de una composición literaria sobre la educación en 2050. 

    En primer lugar, es necesario tener en cuenta que, hasta llegar al producto final, se han realizado múltiples preguntas a ChatGPT. Tras encontrarme poco satisfecha con los resultados, decidí ir creando diferentes enunciados para que la IA me proporcionase un buen resultado. Os comparto el hilo de Twitter sobre las propuestas que he decidido no utilizar como composición final:  






    Cuando se utiliza ChatGPT para realizar una composición literaria, debes ser muy cuidadosa con las palabras que utilizar, así como específica, ya que en todo momento debemos recordar que estamos hablando con una herramienta, no con una persona. El enunciado que utilicé para conseguir el resultado ideal fue el siguiente: 

Me gustaría que realizaras una composición literaria en la que se hable sobre la educación en 2050. Vuelve a tener en cuenta aspectos como las relaciones entre padres, profesores y alumnos; el uso de la tecnología en el aula; la metodología y la motivación del alumnado en estos tiempos. Asimismo, me gustaría que el tema principal fuese la salud mental en las aulas y que la composición fuese narrada desde el punto de vista de una alumna de 18, narrando sus pensamientos en la clase de Lengua y Literatura.

    Sorprendentemente, la IA elaboró un relato que podemos calificar de bueno en la que utilizaba la primera persona de manera correcta, así como la coherencia, cohesión y los temas que exigimos tratar en esta composición literaria: 

El aula se iluminaba con los destellos de pantallas y dispositivos inteligentes. En el año 2050, la educación había alcanzado nuevos horizontes en la Escuela del Futuro. Me encontraba sentada en mi pupitre, rodeada de mis compañeros, mientras la profesora comenzaba a dar la clase de Lengua y Literatura. Pero mi mente divagaba hacia otros territorios, hacia la intrincada red de emociones que nos rodeaba.

    Miraba a mi alrededor y veía más que simples compañeros de clase. Éramos exploradores de la mente y del corazón, embarcados en una travesía conjunta hacia el conocimiento y la salud mental. Las relaciones entre padres, profesores y alumnos habían evolucionado hasta convertirse en un tejido de apoyo y comprensión mutua. No éramos solo estudiantes, éramos seres humanos con sueños, miedos y esperanzas.

    La tecnología, siempre presente, nos ofrecía herramientas poderosas para explorar y sanar nuestras emociones. A través de aplicaciones y programas especialmente diseñados, teníamos acceso a ejercicios de meditación, terapia virtual y recursos para el autoconocimiento. En lugar de ignorar nuestra salud mental, la educación del 2050 la tenía en cuenta como una prioridad, creando un ambiente propicio para nuestro bienestar.

    La profesora, una guía sabia y comprensiva, nos animaba a hablar abiertamente sobre nuestras emociones. En lugar de enfocarse únicamente en la literatura clásica, nos brindaba historias que exploraban la complejidad de la condición humana, nos invitaba a debatir sobre nuestras experiencias personales y a analizar cómo los personajes literarios lidiaban con los desafíos emocionales.

    Mientras escuchaba las palabras de la profesora, mis pensamientos volaban hacia mis propias vivencias. Me encontraba en una etapa de transición, en la que el estrés, la incertidumbre y las expectativas me abrumaban. Pero aquí, en esta clase, encontraba un refugio seguro donde podía expresarme libremente, sin miedo al juicio.

    La metodología de enseñanza se basaba en el respeto y la individualidad. Se nos animaba a desarrollar nuestras habilidades, a encontrar nuestro propósito y a seguir nuestros propios caminos. Los exámenes tradicionales habían dado paso a proyectos creativos que nos permitían expresar nuestras emociones y pensamientos de manera auténtica.

    La motivación era el pilar que sustentaba nuestra educación. La profesora no solo se preocupaba por nuestro rendimiento académico, sino por nuestro bienestar emocional. Nos recordaba constantemente la importancia de cuidarnos a nosotros mismos, de encontrar un equilibrio entre el estudio y el descanso, de buscar ayuda cuando la necesitábamos.

    Y así, en ese aula del futuro, explorábamos las páginas de los libros y también las profundidades de nuestra propia existencia. Nos convertíamos en narradores de nuestras propias historias, en protagonistas que se desafiaban a sí mismos, en buscadores de la verdad interior.

    En ese momento, me di cuenta de que la educación en 2050 no solo se trataba de acumular conocimientos, sino de nutrir nuestra alma. 

    
    Desde mi punto de vista, estructuralmente hablando, podía haber elaborado párrafos más amplios, añadiendo más información. Asimismo, los párrafos comienzan con las ideas que yo le he proporcionado: "la tecnología...", "la profesora...", "la metodología...", "la motivación...". 

    En esta guerra de relatos los humanos hemos ganado a la IA 👽👽. 

    Para añadir más elementos creados por la IA, he utilizar la aplicación de móvil Bazaart en el que aparece una herramienta denominada "arte con ia". De esta manera, le he pedido que me realizara una imagen de estilo digital a partir de una de las frases de la composición literaria: "La tecnología ofreciendo herramientas para explorar y sanar nuestras emociones". El resultado, a riesgo a de parecer futurista, me recuerda a las gafas de realidad virtual. Quizá, en un futuro, se trate la salud mental utilizándolas: 





    


    Bueno, también me parece necesario compartir una foto de la profesora de Lengua y Literatura en 2050, en la que podréis disfrutar de lo bien que voy a envejecer. La imagen ha sido realizada a partir de la aplicación conocida como FaceApp (utilizando el filtro de edad). 


    Por último, me gustaría compartir con vosotros mi experiencia con ChatGPT a partir de la contestación a las siguientes preguntas: 
  • ¿Conoces la herramienta de ChatGPT? ¿Qué opinas del uso de la IA en Educación?

Conocí la herramienta de ChatGPT en esta asignatura del Máster y, a partir de ahí, comenzó a popularizarse. Asimismo, gracias a esta asignatura he podido reflexionar desde un punto de vista docente acerca de su función, ya que tuvimos la oportunidad de elaborar un Podcast debatiendo sobre las ventajas y desventajas de utilizar la IA en Educación gracias al profesor Sebastián Miras. En cuanto a mi opinión, he de decir que ha ido transformándose a lo largo del tiempo. En primera lugar, odié a la Inteligencia Artificial, pensando que el alumnado no iba a mostrar su honestidad y empezaría a realizar todos los trabajos a través de esta herramientas. Sin embargo, la herramienta posee limitaciones y, si bien es cierto que puede realizar tareas de manera correcta, también se puede detectar su uso. Pero, lo importante es que, al final, tenemos que tener en cuenta que la sociedad se encuentra en constante proceso de evolución y si las IA se están convirtiendo en una herramienta que les gusta a nuestros alumnos, nosotras debemos adaptarnos a los intereses de nuestros alumnos, concienciándolos en que a veces la IA puede cometer errores. Por lo tanto, plantear ejercicios en los que ellos deban mejorar el trabajo de la IA es una manera interesante de que, además de estar fomentando la competencia digital, están elaborando una actividad por sí mismos. 


  • ¿Ha sido difícil su uso? Comenta si te ha ayudado o te ha dificultado el trabajo.

La aplicación ChatGPT es muy sencilla de utilizar, ya que únicamente debes registrarte (trabajo hecho de antes gracias a esta asignatura) y plantearle una pregunta a la herramienta. En unos segundos se te aportará una respuesta; si no estás conforme con ella, puedes pedirle algún matiz más sin necesidad de tener que volver a plantear la pregunta. En la elaboración de esta práctica, la IA ha entorpecido en ocasiones el proceso, ya que debías ser muy específico en la formulación para que el resultado fuese satisfactorio. Aunque estoy satisfecha con el resultado final, el relato dista mucho de cómo lo habría elaborado yo. Por lo tanto, tampoco podemos exigirle a la IA que realice un trabajo tal y como nosotros lo haríamos, ya que el elemento crucial es introducir correctamente las palabras cuando le pidamos algo a la herramienta. Aun así, es imposible que una herramienta realice una redacción tal y como nosotros la habríamos creado, por lo tanto, las expectativas no han sido las esperadas. 


  • El relato que has obtenido, ¿es similar al que tú hubieras escrito?

El relato obtenido tiene elementos que también habría aportado a mi relato (obviamente, ya que yo fui la que le pedí que los añadiera). Sin embargo, la manera de escribir es diferente a la que yo habría empleado, aunque, realmente, la composición que ha realizado la IA es, poéticamente hablando, muy buena. Asimismo, después de leer el producto final, considero que no parece que haya sido elaborado por una inteligencia artificial, ya que cualquier persona lo podría haber escrito. 

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