PRÁCTICA 14. LA EDUCACIÓN EN 2050. CHATGPT

Plantearnos cómo será la educación en el futuro supone contar con la presencia protagonista de las nuevas tecnologías en su desarrollo. Por ello resulta, tal vez, especialmente pertinente que quien asuma el rol creador de este futuro hipotético sea, precisamente, una inteligencia artificial. Así, documentamos a continuación la experiencia y los resultados de consultar con ChatGPT la creación de una narración literaria en torno a los pronósticos de la educación en 2050.

Ingresamos en la web y nos registramos; es nuestra primera vez hablando con esta inteligencia artificial. Hemos tenido ya acceso a algunas interacciones con ella por medio de usuarios de Twitter y sabemos que el enunciado que le ofrezcamos es clave para obtener un resultado adecuado a nuestras expectativas. Así pues, después de un cordial saludo y la petición de un favor (no hay que perder la educación, aunque sea ante una IA sin sentimientos) el primer prompt que le ofrecemos es el siguiente:

El objetivo es crear una composición de naturaleza literaria en la que nos planteemos cómo será la educación en 2050. Para ello debemos tener en cuenta el avance tecnológico y especificar cuáles son las metodologías, las relaciones entre los alumnos, las relaciones entre los alumnos y los profesores, las materias que se impartirán y los tipos de trabajos académicos que se desarrollarán. La composición debe ser narrada desde el punto de vista de una alumna de 14 años, contando su rutina de, por ejemplo, un martes cualquiera.

El resultado es verdaderamente interesante:

Como alumna de 14 años, me despierto en mi habitación bañada por la suave luz del amanecer. Estiro los brazos y me incorporo en mi cama mientras observo mi entorno futurista. Las paredes están equipadas con pantallas interactivas que muestran imágenes de paisajes exóticos y me transmiten una sensación de calma y conexión con la naturaleza. Estoy lista para comenzar mi día de estudios en el año 2050.

Me levanto y me dirijo a la cocina, donde un asistente robótico me saluda amablemente. "Buenos días, Sofía. ¿Qué te gustaría desayunar hoy?", pregunta con una voz suave y amigable. Le pido un batido energético y una tostada de algas, una opción saludable y sostenible que está de moda en nuestra época. Mientras desayuno, consulto mi dispositivo holográfico para revisar mi horario escolar.

La educación en 2050 se ha transformado enormemente gracias a los avances tecnológicos. Ahora, la mayoría de las clases se imparten en entornos virtuales de realidad aumentada. Me conecto a mi aula virtual y me encuentro con mis compañeros de clase, que están dispersos por todo el mundo. Aunque no estamos físicamente juntos, la tecnología nos permite interactuar y colaborar como si estuviéramos en un aula tradicional.

Nuestra profesora aparece en forma de holograma, lista para impartir la primera clase del día. Las metodologías de enseñanza han evolucionado para adaptarse a nuestras necesidades y estilos de aprendizaje individuales. En lugar de las tradicionales conferencias magistrales, la profesora nos presenta un desafío de resolución de problemas en el que debemos aplicar conceptos de matemáticas y física. Trabajamos en grupos virtuales, utilizando avatares personalizados para interactuar y compartir ideas.

A medida que avanzamos en el día, cambiamos de asignaturas y temas. La educación en 2050 está centrada en el desarrollo de habilidades prácticas y creativas. Tenemos clases de programación y robótica, donde aprendemos a construir y programar nuestros propios androides. También tenemos asignaturas de ciencias ambientales, donde exploramos soluciones innovadoras para combatir el cambio climático y preservar nuestro planeta.

Las relaciones entre los alumnos son cercanas y colaborativas, a pesar de estar separados geográficamente. A través de las plataformas virtuales, nos comunicamos constantemente, intercambiando ideas y apoyándonos mutuamente. La tecnología ha eliminado las barreras del tiempo y el espacio, permitiéndonos conectarnos con estudiantes de diferentes culturas y trasladarnos virtualmente a cualquier lugar del mundo.

En cuanto a las relaciones entre alumnos y profesores, han evolucionado hacia una dinámica más horizontal y de colaboración. Los profesores se han convertido en guías y mentores, fomentando nuestro pensamiento crítico y ayudándonos a desarrollar nuestras habilidades individuales. A través de tutoriales virtuales y retroalimentación personalizada, recibimos apoyo individualizado para nuestro crecimiento académico y personal.

A medida que llega el final del día, me despido de mis compañeros y profesores virtuales. Desconecto mi dispositivo holográfico y me preparo para disfrutar de un rato de descanso. Reflexiono sobre la experiencia educativa en 2050 y me siento agradecida por vivir en una época donde la tecnología ha transformado la educación en una experiencia emocionante y enriquecedora.

Imagino un futuro en el que la educación continúe evolucionando, abrazando la tecnología de manera responsable y promoviendo la creatividad, la colaboración y la conexión global. En ese mundo, los límites del aprendizaje se desvanecen y las posibilidades son infinitas.

Pese al éxito del relato, buscamos darle una vuelta de tuerca. Tal vez debido al prompt de crear una rutina, el producto es más descriptivo que actancial o reflexivo, por lo que probamos de nuevo, ofreciéndole algo más de información:

¡Qué gran trabajo! Ahora vamos a hacerlo un poco más literario. Partimos de las mismas reglas: un relato de una alumna de 14 años en el que nos cuente su rutina de un martes en 2050, haciendo hincapié en su realidad educativa: su relación con sus compañeros, su relación con sus profesores, las asignaturas que tiene y los trabajos académicos que debe realizar. Sin embargo, en ese día debe pasar algo especial que cambie el curso de su vida, algo postapocalíptico y relacionado con su entorno educativo.

Su respuesta, nuevamente, no decepciona:

El sol se asomaba tímidamente por encima de las nubes mientras despertaba en mi habitación futurista. La tecnología se fusionaba perfectamente con la naturaleza que tanto anhelaba. Me levanté con entusiasmo, sintiendo la emoción de un día lleno de nuevas aventuras.

Después de disfrutar de un desayuno energizante preparado por mi asistente robótico, me conecté a mi aula virtual para encontrarme con mis compañeros de clase. Nuestro vínculo trascendía las barreras del tiempo y el espacio, unidos por la pasión por el conocimiento y el deseo de construir un futuro mejor.

La relación con mis compañeros era única. Aunque nos encontrábamos dispersos por todo el mundo, formábamos un equipo unido por la tecnología. Juntos, explorábamos nuevas ideas, compartíamos proyectos y nos apoyábamos mutuamente en el aprendizaje. A través de nuestras interacciones virtuales, crecíamos no solo como estudiantes, sino también como personas.

Nuestros profesores, convertidos en hologramas sabios y comprensivos, nos guiaban en nuestro viaje educativo. Eran más que simples transmisores de conocimiento, eran mentores que nos inspiraban a alcanzar nuestro potencial máximo. Nos animaban a cuestionar, a desafiar las convenciones y a desarrollar nuestras propias ideas. Su apoyo era fundamental para nuestro crecimiento académico y personal.

Las asignaturas que cursaba eran diversas y estimulantes. La robótica y la inteligencia artificial despertaban mi imaginación, y me emocionaba aprender a programar y diseñar mis propios androides. También exploraba las ciencias ambientales, con el objetivo de enfrentar los desafíos que el mundo postapocalíptico había dejado a su paso. Trabajaba incansablemente para encontrar soluciones sostenibles y proteger el medio ambiente.

En aquel martes en particular, algo inesperado ocurrió. Mientras estábamos inmersos en una simulación virtual de un ecosistema próspero, un mensaje urgente apareció en nuestras pantallas. Un cataclismo se había desatado en nuestra área y la realidad virtual se desvaneció, dejándonos desconcertados y confundidos. Nos encontramos en medio de una verdadera catástrofe postapocalíptica.

Mientras el caos reinaba a nuestro alrededor, mis compañeros y yo nos agrupamos y buscamos refugio en los restos de nuestro colegio. En ese momento, nuestras habilidades y conocimientos adquiridos se convirtieron en nuestra mejor arma para sobrevivir. Utilizamos nuestros conocimientos de robótica para reparar los sistemas de comunicación y ayudar a los heridos. La colaboración se volvió vital mientras trabajábamos juntos para enfrentar la adversidad.

A medida que luchábamos por sobrevivir y reconstruir, comprendí el verdadero valor de la educación en un mundo devastado. La tecnología y el conocimiento se habían convertido en herramientas para adaptarnos y superar cualquier obstáculo. En medio de la desolación, encontré una fuerza interior que no sabía que poseía.

Aquella experiencia cambió mi vida para siempre. Aprendí que la educación no solo era la adquisición de conocimientos, sino también la capacidad de enfrentar los desafíos y encontrar soluciones innovadoras. Me prometí a mí misma que utilizaría mi educación y mis habilidades para reconstruir y crear un mundo mejor, donde la sabiduría y el respeto por la naturaleza fueran los pilares fundamentales.

Desde ese día, sigo luchando por mis sueños en un mundo que se recupera lentamente. Mi rutina escolar continúa, pero ahora cada lección se impregna de un propósito mayor. A través de la colaboración, la creatividad y la perseverancia, me esfuerzo por ser una fuerza positiva en un mundo cambiante y desafiante.

En mi corazón, sé que la educación es la clave para moldear un futuro prometedor, incluso en medio de la adversidad. Y mientras camino hacia el horizonte incierto, llevo conmigo la esperanza de que nuestra generación pueda enfrentar cualquier desafío y, juntos, construir un mundo en el que el conocimiento y la sabiduría sean la luz que ilumine nuestro camino.


Imágenes generadas con Bing Image Creator con el prompt«Una habitación cuyas paredes sean pantallas en las que se representen paisajes exóticos. Estilo futurista».

Algunas reflexiones

  • ¿Conoces la herramienta de ChatGPT? ¿Qué opinas del uso de la IA en Educación?

Mi conocimiento sobre la herramienta de ChatGPT se limita a los debates y comentarios que en torno a ella se han generado en las clases de INVTICUA23. Precisamente gracias a esta materia he podido formarme una opinión respecto a las IA y su presencia en la Educación. Si bien resulta alarmante los riesgos que presentan el empleo de estas IA por parte del alumnado (especialmente cuando no hay un control docente), este riesgo puede revertir si convertimos los peligros en objetivos de nuestras propuestas docentes: el desarrollo de un espíritu crítico que detecte los errores, la generación de un material propio, y el uso de las herramientas como inspiración y no como solución a las problemáticas abordadas. 

  • ¿Ha sido difícil su uso? Comenta si te ha ayudado o te ha dificultado el trabajo.

El manejo de la aplicación es muy sencillo e intuitivo. No presenta problemas para ingresar y el formato conversación facilita el contacto con la IA. En este sentido, su empleo es claramente una ayuda con respecto a la creación, especialmente para la creación inventiva y especialmente para aquellas personas con menor imaginación. No obstante, debemos tener en cuenta dos factores fundamentales: en primer lugar, la importancia del prompt para el resultado generado y, en segundo lugar, que el texto IA no es de nuestra autoría, sino que es la respuesta o consecuencia del enunciado planteado. Podríamos considerar, en este sentido, que nuestra labor en el desarrollo de ese relato es similar a la labor del docente en la respuesta creativa de un alumno: el planteamiento del enunciado o la cuestión. 

  • El relato que has obtenido, ¿es similar al que tú hubieras escrito?

El relato obtenido es similar al que hubiera escrito únicamente en un nivel conceptual. Así, en el prompt ofrecido a la IA he condensado los rasgos temáticos fundamentales de la producción que yo hubiera creado: la especificación de la protagonista, el acotamiento temporal, los elementos que deben referenciarse en torno al mundo de la educación y la aparición de un elemento disruptivo que altere la trama. No obstante, la compleción de esta base conceptual y la redacción es sustancialmente diferente a la que habría generado, especialmente por la inclusión que habría hecho de mi bagaje lector, con la presencia de algún intertexto de interés para el objetivo del relato.


Comentarios

  1. En mi corazón, sé que la educación es la clave para moldear un futuro prometedor, incluso en medio de la adversidad... Excelente trabajo. Pero seguro que me habría gustado más tu relato 😸. Ojo, creo que hay una errata... (O había ;)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares