Práctica 2: Autobiografía lectora y audiovisual
Pf, el confinamiento. Qué recuerdos más... oscuros. Todo el día encerrada en casa, en mi habitación, saturada con los deberes que mandaban, saturada pensando en la EBAU, saturada por no ver a mis amigas... Durante este tiempo aprendí el significado completo de la palabra "desquiciada". Ahora no puedo dejar de usarla.
Suerte que, pese a todo, pude hacer otras cosas además de desquiciarme, como ver series o retomar el hábito lector, que había perdido en los últimos años, dedicándome únicamente a leer las obras obligatorias para el instituto.
Para las lecturas, recorrí las estanterías de casa, repletas de libros (mamá siempre ha leído mucho) y miré los libros que ya me sabía de memoria: los de Laura Gallego, la saga de Escuela para frikis (cómo me reí leyendo esto hace años), los clásicos de Los cinco, Manolito Gafotas, la saga de El Zorro, algunas adaptaciones de algunos clásicos... En fin. Nada de aquí me llama tanto la atención como para volver a leerlo, y si tengo que volver a leer los versos de Lorca, Historia de una escalera de Buero Vallejo o Entre visillos de Carmen Martín Gaite, siento que me voy a volver loca.
Paso mis ojos sobre las estanterías. Leo algunos títulos: Marina, de Carlos Ruíz Zafón, La casa de los espíritus de Isabel Allende, La voz dormida de Dulce Chacón, Los girasoles ciegos de Alberto Méndez... Son títulos que nunca he leído, pero me llaman la atención. También veo otros, regalos que me han hecho por Sant Jordi para que vuelva a leer. Aquí otros títulos: Un relato de la violencia de Pedro Riera, cuya cubierta me gusta mucho con los colores rojos y azules tan vivos, pero me parece un tostón. Sin embargo, hay otro libro: El odio que das de Angie Thomas. Un relato sobre el movimiento black lives matter, crítica policial... Interesante. Todo esto fue lo que pensé.
Mi elección final fue la siguiente: Marina, La voz dormida y El odio que das. QUÉ MANERA DE LLORAR. QUÉ PÉSIMA ELECCIÓN. ME HE SENTIDO TAN TRISTE, TAN ARRASTRADA POR LAS CIRCUNSTANCIAS DE LOS PERSONAJES. ME HA GUSTADO TANTÍSIMO SENTIR QUE NECESITABA SABER MÁS Y MÁS Y MÁS.
Con Marina no me dormí hasta terminar el libro esa misma noche hasta llegar al final, ese final tan hiriente. Tan nostálgico, tan tierno. Ay, señor.
Y con la novela de Dulce Chacón pensaba que iba a morirme. No estoy siendo una exagerada. De verdad pensaba que iba a morirme deshidratada. Pepita y Hortensia. Lo que tuvo que pasar Pepita... El hijo de Hortensia, el dolor de la madre... Estoy traumada. Mi siguiente novela será Los girasoles ciegos, aunque dudo que pueda gustarme igual que esta obra.
Con El odio que das he disfrutado mucho leyéndolo. Me ha parecido una lectura inteligente, con una exposición de ideas clara que se da a entender mediante unos personajes cuya evolución pasa por la rabia. Me ha gustado mucho. Jamás había leído algo con una temática similar a esta, más política, más "adulta".
BUENO, CLARO. ESPERAD. QUE ALGUNAS DE ESTAS OBRAS TIENEN ADAPTACIÓN CINEMATOGRÁFICA. Por supuesto que decidí ver la película de La voz dormida, que encima sale Inma Cuesta y María León, que me gustan mucho. Y por supuesto que he vuelto a llorar igual, o incluso más, que leyendo la novela. He vuelto a creer que me iba a morir de pena. Después de ver esta película, he estado unos días realmente triste y desanimada. Así que para curar el aburrimiento y la pena infinita, que se me comía, he empezado una serie de fantasía: "Sombra y hueso". Qué chula, es un mundo de fantasía en que hay magos, guerreros, magia oscura y un mal conformado por personas y por una masa negra. La sombra. Esto en un mundo en el que también hay ladrones, asesinos, gente repudidada socialmente, seres antinaturales... Me gusta mucho porque me recuerda al mundo de Narnia y de Juego de Tronos, que siempre me ha encantado visualmente.
Muy chula, la vi en una semana y tres días.
Hay otra serie que recomiendo encarecidamente ver porque es corta, muy chula y me ha venido genial para mis clases de la EOI: "Cortar por la línea de puntos". Es una serie de animación muy reflexiva acerca de la amistad, el amor, la vida adulta, el paso del tiempo, aquellas cosas que pudimos decir y no dijimos y cómo a veces llegamos tarde y no podemos cambiarlo.
Claro, el final de esta serie también es muy triste, así que he llorado mucho también.
Las conclusiones a las que he llegado esta cuarentena es que a mí realmente me gusta hacer cosas, quiero decir, me gusta leer, me gusta emocionarme, me gusta sentir que soy los personajes que veo en mi pantalla o en los libros. Y sobre todo, que está bien llorar.
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